Contrario a lo que muchos piensan, esta toxina deriva de la bacteria Clostridium botulinum, la cual se puede encontrar en ambientes naturales como la tierra, en bosques y hasta en algunos mamíferos y peces. Comercialmente se le conoce como Botox a las diferentes preparaciones de la toxina Botulinum, incluyendo:
- Toxina botulínica tipo A
- Obatulinum
- Toxina botulínica tipo A
- Abobotulinum
- Incobotulinum
- Prabotulinum
- Toxina botulínica tipo B
- Rimabotulinum
Las personas suelen referirse a todos estos productos como “Botox”, a pesar de que esta es una marca registrada por una compañía.
¿Cómo funciona?
Para que cualquier músculo sea capaz de contraerse, los nervios deben descargar un químico llamado acetilcolina. Esta sustancia se adhiere a los receptores de las células del músculo y causa la contracción.
De esta manera, la toxina que se conoce comúnmente como botox se dirige al sistema nervioso, y le dan una señal al nervio que contrae el músculo, para producir una parálisis muscular temporal.
En otras palabras, las inyecciones de Botox evitan que se libere la acetilcolina y así detienen la contracción de los músculos.
Usos medicinales
Aunque no suelen ser muy conocidos, existen algunos usos medicinales que se le dan a las inyecciones de Botox. Teniendo en cuenta que este tipo de tratamiento evita que se contraigan los músculos, algunos de las aplicaciones que se le dan incluyen:
- Espasmos en los párpados
- Distonía cervical (espasmos en el cuello)
- Estrabismo
- Sudoración intensa de la axila
- Prevención de migraña (de 4 a 15 horas, o muchos días al mes)
- Espasmos en los brazos
Usos cosméticos
El uso principal de las inyecciones de la toxina botulínica dentro del mundo cosmético es la reducción en la apariencia de las arrugas faciales. Sus efectos pueden durar hasta un año y es por esto que es el procedimiento más común a nivel mundial con más de 7 millones de tratamientos en el 2016.
Las áreas en las que más se utiliza son:
- entre las cejas
- en las comisuras de los ojos (arrugas conocidas como patas de gallo)
- la frente
- la comisura de los labios
- en la barbilla.
Luego de las inyecciones, es necesario un tiempo de espera de 24 a 72 horas para que la toxina comience a actuar. Y, en algunos casos, puede tomar hasta 5 días para que los resultados se puedan observar.
Riesgos
Como todo medicamento, las inyecciones de Toxina Botulínica pueden llegar a presentar efectos secundarios. Entre algunos de los síntomas que puede presentar un paciente luego de la inyección, se encuentran:
- Hinchazón o moretones en la zona de la inyección.
- Dolor de cabeza o síntomas similares a la gripe.
- Caída del párpado o levantamiento de las cejas.
- Sonrisa torcida o babeo.
- Sequedad de los ojos o lagrimeo en exceso.
Usualmente, los especialistas no recomiendan el uso de la Toxina Botulínica cuando la paciente está embarazada o en período de lactancia. De igual manera, este tipo de inyección no debería ser usado en personas alérgicas a la proteína láctea de vaca.